Año tras año se espera con ansia la entrega de los premios Turner. Conseguir un Turner es como el Oscar en el séptimo arte, te encumbra y te llena el bolsillo, en concreto más de 29.000 €.
Cabe destacar que el Turner no se da sólo a una exhibición concreta, sino al conjunto de la obra de un artista menor de 50 años que haya nacido, viva o trabaje en el Reino Unido.
El afortunado de este año ha sido el británico Mark Leckey con su exposición Industrial Light & Music (Luz industrial y magia), que gira en torno a una filmación con el gato Félix, fragmentos de Titanic, etc, donde Mark expresa su amor por el mundo de la animación, siempre presente en su trayectoria artística y profesional. Generalmente Leckey combina escultura, cine y sonido, y según palabras del jurado su obra está marcada por una "naturaleza inteligente, energética y seductora".
Sin duda la modestia no es cosa de Mark, quien declaró con tono irónico que el premio tiene una razón de ser: "que soy el mejor artista actual del Reino Unido y que tengo que dar las gracias a Dios de que alguien finalmente lo ha reconocido así". A este comentario se le suma "el dinero lo guardaré hasta 2086, cuando termine la recesión". En última instancia, Leckey espera que el Turner le abra puertas, sobre todo para conseguir uno de sus principales desafíos, rodar una serie de televisión que "sea como un show de varietés artísticas".
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