La bóveda que acogerá esta escena esta situada entre el coro y el altar mayor, en la Vía Sacra, casi escondida e íntimamente colocada en la basílica, es según el artista una zona en la que "se logra cierto misterio para que pueda ocurrir ese milagro, esa comunicación de las personas de bronce, de las personas con lo espiritual".
A sus 72 años, Antonio reconoce estar muy ilusionado con este proyecto, que ha definido como un trabajo "precioso y una experiencia extraordinaria" con la que pretende encontrar la armonía con el resto del templo, aunque ha reconocido que en la actualidad "casi no hay espacio para el arte religioso contemporáneo". Por ello espera comenzar la obra cuanto antes y se estima que tendría una duración de dos o tres años, aunque "podría durar menos", ha dicho con optimismo López, quien no ha querido decir si tomaría la decisión de ir a vivir a Zaragoza.
El arte no tiene edad y Antonio López acepta este reto a los 72 años.
ResponderEliminar¿podemos nostros evolucionar también?
entiendo que sí.
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