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16 mar 2009

Dominique Gonzalez-Foerster

Octubre 2058 es el título de la exposición que la artista Dominique Gonzalez-Foerster presenta en la Tate Modern (Londres) hasta el 13 de abril. La idea principal de la muestra: La ciudad de Londres esta literalmente inundada por continuas lluvias, en una catastrófica situación, el único lugar donde resguardarse del diluvio es la Sala de las Turbinas de la Tate.

El pasado año la francesa fue elegida para encargarse del proyecto para la Sala de Turbinas, un enorme espacio cuyo suelo de cemento agrietó previamente la colombiana Doris Salcedo. En Octubre 2058 Dominique mantiene el interés en los conceptos de ausencia, desaparición o espera en los que viene trabajando desde los años noventa. Concretamente ha convertido la Sala de las Turbinas en el último refugio de algunos seres orgánicos que han sufrido mutaciones a consecuencia de un diluvio. Pero además juega incrementando un 25% el tamaño de algunas famosas esculturas de artistas como Louise Bourgeois, Alexander Calder, Mauricio Cattelan o Henry Moore. Esculturas que permanecen esparcidas entre los más de 3.000 metros cuadrados de la sala principal del Tate junto con unas 200 camas en las cuales el visitante puede tumbarse, cerrar los ojos y trasladarse por unos momentos con su imaginación al futuro, al año 2058 y a una Londres inundada. Las literas además acogen libros con un mensaje simbólico y que han marcado de alguna manera la producción de Dominique.

A esta instalación, se suma la proyección de 'The Last Film', un collage de escenas extraídas de varias películas como 'Mission to Mars' de Brian De palma o 'Toute la mémoire du monde' de Alain Resnais, centradas en la lluvia y el refugio.

Para Dominique, "Lo más importante de una exposición es que el visitante tenga ganas de pasar tiempo en ella, ya sea un aficionado al arte o un niño".

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