En toda la geografía española, y muy
especialmente en el Levante, una nueva figura se incorpora al paisaje
urbano: la estructura de hormigón armado abandonada.
Estos esqueletos, reflejo de la enfermedad que la economía padece son las ruinas anticipadas de los edificios que nunca fueron, que quizás nunca serán. Estas construcciones inacabadas son las consecuencias de la debacle económica en que nos encontramos inmersos.
Frente al clásico cartel que
reconstruye la imagen de las ruinas junto al yacimiento arqueológico
y que nos muestra “ la vida tal como fue”, los carteles junto a
estas nuevas ruinas, con leyendas de “piso piloto” nos muestran
la vida como debería haber sido.
Estos colosos sin vida, proto-edificios
que no han alcanzado su esplendor, a los que se les ha negado la
finalidad para lo que fueron concebidos, se convierten en restos
antes de ser, siquiera, entes.
Ante este fenómeno, el ojo imaginativo
del fotógrafo siente la necesidad de resaltar, de destacar, aunque
sólo sea de manera transitoria aquello que por su inutilidad y su
carácter inacabado nos hace desviar la atención.
Partiendo de la luz como elemento
principal y de la iluminación como técnica, el fotógrafo da a
estas estructuras un tratamiento que las embellece sin adornarlas.
Siempre respetando los elementos presentes o ausentes, el plano de la
fotografía se compone únicamente de sus materias originales:
entorno, luz y el objeto.
De esta forma, los no edificios se
visten momentáneamente de monumentos y se yerguen hermosos durante
un instante, asemejándose a la estrella de cine, que sin sus focos
pasa desapercibida pero recupera su esplendor por obra y gracia de
los flashes. En ambos casos la belleza no depende de un único factor
sino que surge de la combinación entre el objeto y la iluminación.
Este documento gráfico de índole
sociológica y urbanística pretende resaltar mediante la belleza
aquello que nos haría girar la vista. Sin ahondar en la denuncia
extrema tan fácil y de moda, se trata de mirar el lado brillante de
nuestra propia decadencia, de cambiarnos los ojos para poder lanzar
una mirada nueva, que sea capaz de ver hermosura donde la antigua
visión no encontraría mas que ruinas.
Texto: Noelia Sánchez.
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