30 dic 2012

Joan Pujol-Creus

Paris lumières des rêves

Couleurs de Paris.
Couleurs d’Utrillo, de Lautrec ou de Fernand Léger, quand la ville
Sans le savoir es tun musée.
Couleurs de la photo en couleur si longtemps décriée par les amateurs éclairés.




 

Couleurs de pallisades, des devantures, des portes et des fenêtres,
des terrains vagues, des corridors.
Couleurs du mauvais goût mais du goût
de la vie, couleurs du goût du jour et de la nuit.
Les peintres en bâtiment ne sont pas des peintres de la réalité.



[...]
Couleurs de Paris.
Couleurs des Tuileries, de l’île Saint-Louis et du quai de la
Mégisserie: gris tourterelle et gris de souris.
Couleurs du canal Saint-Martin: bleu d’outremer, d’outre- terre
et du beau Danube bleu quand le Danube est bleu.
Couleurs de la gare Saint-Lazare à dix-huit heures un quart:
gris acier, bleu de chauffe et noir de fumée.
Couleurs des quatre saisons de la rue Mouffetard à midi:
rouge cerise, jaune citron, orange orange, vert pomme et
rose radis.



Texto: Jacques Prévert
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Sección: 26 Domingos de Fotografía SCAN

23 dic 2012

Daniel Mayrit

SUBURBAN SCENES

La mayoría de los usuarios frecuentes de Internet están a día de hoy más o menos acostumbrados al software de Google Street View. Sin embargo, cuando el servicio fue lanzado allá por 2008 suscitó una polémica considerable en torno a temas sobre pri- vacidad, derecho a la intimidad o el uso del espacio público y privado. Desde entonces un creciente número de artistas han investigado esos problemas a través de diferentes técnicas pero la mayoría de ellos tienen un punto de partida común: la apropiación de las imágenes tomadas por las propias cámaras de Google. El enfoque de Daniel Mayrit es sin embargo radicalmente diferente. La serie Suburban Scenes no hace uso de nin- gún tipo de fotografías ya almacenadas en la web, sino que todas las imágenes de la serie han sido construidas por el artista en forma de tableaux cuidadosamente orquestados y fotografiados en una forma que puede resultar familiar al espectador, y que replica precisamente el peculiar efecto visual de Google Street View.

 Landscape With Bag

The Side Door

The Retail Park

Mayrit hace uso de algunos de los resortes característicos de Google, como el borrado de expresiones faciales para proteger la identidad de los fotografiados, o las aberracio- nes de lente típicas de las cámaras empleadas por Google. Uno de los elementos clave es el elevado punto de pista de las tomas, que se eleva por encima del suelo hasta una altura inesperada. En una primera instancia este ángulo puede recordar al utilizado por cámaras de seguridad y vigilancia pero en una segunda lectura también relaciona las imágenes con temas tradicionalmente pictóricos que giran en torno al uso de la pers- pectiva lineal, explorado en profundidad por los maestros del paisaje occidental como Claudio de Lorena, Poussin o Patinir.

The Doorway

 Man With Hammer

An Encounter

En un nivel adicional, todas las fotografías han sido tomadas en el barrio londinense de Tottenham, origen de las revueltas del verano de 2011. Semejante decisión responde al segundo de los objetivos de la serie, que se repite como constante en la obra de Mayrit: poner de relieve la ineficacia de la fotografía como medio a la hora de representar un tema o un sujeto dado. Suburban Scenes juega con los prejuicios hacia el mencionado barrio, los cuales son frecuentemente forjados en el imaginario colectivo a través de segundas fuentes y medios de comunicación convencionales. Las fotografías de la serie cuestionan no solamente los estereotipos presentados en dichos medios, sino también la forma en que son asumidos por el espectador, en relación con sus conocimientos sobre el tema, su propia experiencia y su contexto. De esta manera el uso del tableau pone la serie en relación con obvios referentes como Jeff Wall, pero también la enmarca en una tradición más amplia, la de Brueghel o Millet, no solamente combinando lo pic- tórico y lo prosaico en la misma composición sino dando a ambos el mismo estatus.

Man on Tea Break

 The Frontyard

Self-Portrait on a Wall


Texto: Daniel Mayrit
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Sección: 26 Domingos de Fotografía SCAN

19 dic 2012

Gregory Crewdson y sus voyeur "Brief Encounters"

Gregory Crewdson (EEUU, 1962) es un fotógrafo conocido por sus surrealistas y escenificadas imágenes donde refleja el modus vivendi de los suburbios norteamericanos.



Crewdson diseña escenas ficticias con todo lujo de detalles, traslada a la realidad la imagen que tiene en su cabeza, una imagen que él llama "momento congelado" donde en realidad compacta toda una historia entrando en viviendas o capturando escenarios urbanos. El resultado es inquietante y recuerdan incluso a escenas de películas clásicas de terror, debido en parte a la cinematográfica estética que impone en ellas.



 



Afirma Crewdson que siempre ha estado fascinado por la condición poética del crepúsculo y su poder de convertir lo ordinario en algo mágico y sobrenatural, y este efecto lo explota al máximo en muchas de sus imágenes generalmente de anochecer o ya nocturnas en las que añade luz artificial de alumbrado público, coches o de las propias viviendas. 

Ahora recopila diez años de trabajo, desde el año 2000, en el documental "Brief Encounters" donde revela la historia que hay detrás de cada obra, los temas que muestra abarcan desde miedos infantiles a ideales así como las inquietudes y deseos de los adultos. El documental también muestra la influencia de su padre psicólogo y la fascinación infantil por el trabajo de Diane Arbus. 


El documental se proyecta en diversas ciudades de EEUU, ver listado aquí.


"Creo que siempre he estado dibujando fotografías porque quiero construir un mundo perfecto", Gregory Crewdson.



16 dic 2012

Bego Antón

BUTTERFLY DAYS

Existe un grupo de personas en el sur de Inglaterra que siente devoción por las mariposas. No sólo por su belleza, sino también por su comportamiento. Algo que les ha llevado a observarlas, seguirlas y cuidarlas durante años. Conocen su hábitat, sus costumbres y los diferentes tipos que viven en su zona. Coleccionan libros sobre ellas y llenan sus casas de adornos con su forma. Las buscan y las catalogan. Incluso cultivan plantas que las atraen para poder estar más cerca de ellas. No entienden cómo algunos pueden cazarlas y coleccionarlas.

Este proyecto retrata el mundo físico de esas personas, y a la vez, el mundo natural donde se desarrolla su pasión: los campos y cielo de un pedacito de Inglaterra.











Texto: Bego Antón
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Sección: 26 Domingos de Fotografía SCAN

11 dic 2012

Who the #$&% is Jackson Pollock?

Hace unas semanas os hablé de la exposición que acoge la Fundació Joan Miró sobre la influencia de Pollock en el desarrollo de la pintura de acción.

Hoy os traigo la película "¿Quién mierda es Jackson Pollock?":


En este documental vemos como Teri Horton luchó durante 10 años por hacer realidad un sueño: el reconocimiento de la autenticidad de un Pollock por parte de los "expertos". 

Más de una hora donde se narra la disparatada historia de Teri, una camionera estadounidense de 73 años que compró por 5$ en una tienda de segunda mano un cuadro con el objetivo de regalarlo a una amiga suya que estaba deprimida. Ella no vio nada especial en la obra, únicamente colores mezclados, en la tienda se lo querían vender por 8$ pero ella consiguió llevárselo por 5$. A su amiga le pareció un lindo adefesio, pero no le entrada en casa, por lo que Teri lo puso en su garaje para venderlo, donde un profesor de arte tras verlo le dijo que posiblemente era un Pollock y Teri contestó "¿Quién mierda es Jackson Pollock?". 

Teri no se podía explicar la valoración que las obras de Pollock tenían en el mercado, incluso llegó a pensar en utilizar la obra adquirida para lanzar dardos,  sin embargo, a lo largo de sus 10 años de búsquedas y reconocimientos, Teri descubrió que en el mercado del arte, la firma es lo que vale. Por ello decidió contactar con marchantes para que le aconsejaran qué hacer pero cuando les indicaba que había adquirido la obra en una tienda de segunda mano, la tomaban por loca, "las pinturas de Pollock están en museos o son propiedad de gente muy rica" llegaron a decirle. 

Teri no se desanimó, guardó la obra en un depósito que fue visitado por diversos expertos como el ex-director del MoMA, Thomas Hoving quien dijo que la obra no tenía encanto, la obra estaba muerta de entrada, por tanto no era un Jackson Pollock. 



Teri solicitó entonces la ayuda de su hijo Bill Page, el objetivo era demostrar al mundo entero y en particular a los "entendidos" que la obra era un auténtico Pollock y en caso de no serlo, que lo demostraran. El siguiente paso que tomaron fue contactar con Ron Spencer, abogado artístico que sostenía que conocer la procedencia del cuadro era crucial. Conocer quiénes habían sido los propietarios de la obra, desde el artista hasta el dueño actual. Si no se disponía de esa información, si no se conocían los orígenes, había un problema. Teri únicamente tenía el recibo de la compra, porque la tienda ya no existía, el dueño había muerto y los expertos no se creían que hubiera adquirido la obra en una tienda de segunda mano, por lo que Teri se inventó una estrafalaria historia de la obra, indicando que había sido obtenida por un viejo camarero a quién se la había regalado Pollock en la década de 1940, por aquel entonces Teri conoció al camarero quien acabó dándole la obra. Algunos marchantes creyeron la historia, sin embargo Teri continuaba sin el documento de autenticidad que otorga el IFAR

Teri decidió ponerse en contacto con Peter Paul Biro, un científico forense y autenticador de arte que se dedica a observar las pinturas como si fueran las escenas de un crimen, buscando el autor y las circunstancias en las que lo creó. Biro fotografió muchos detalles de la obra y en la parte de atrás del lienzo descubrió un huella dactilar, pero para que su investigación diera sus frutos, necesitaba comparar la huella. Biro buscó en catálogos de arte y descubrió en una obra de Berlín la misma huella aunque de mayor tamaño.

En aquel momento, el hijo de Teri recibió una propuesta de compra de la obra por 2.000.000$ pero Teri no aceptó. Biro seguía con sus investigaciones y se acercó al granero-taller de Pollock, donde descubrió la huella dactilar en uno de los botes de pintura, la coincidencia era perfecta con la huella del lienzo de Teri.

A pesar de este dato, numerosos expertos mantenían su postura de que la obra no era de Jackson Pollock, llegando a afirmar "El mundo del arte no entiende de ADN". Otro estudio que se realizó fue el de la materia utilizada, y tanto en la obra de Pollock como en el estudio vieron el mismo acrílico, rompiendo así el mito de que sólo se uso a utilizar acrílico tras la muerte de Pollock en 1956.

El último personaje en entrar en escena es Tod Volpe, preso durante dos años por estafar a numerosos famosos, entre ellos Bárbara Streisand y Jack Nicholson. Teri leyó su libro y le llamó para ver si era capaz de vender su obra, Tod aceptó, era la ocasión para volver a entrar en el mundo del arte, sin embargo todos los posibles compradores le dijeron que hasta que el mundo del arte no diera su aprobación de autenticidad, no estaban interesados. Tod Volpe no desistió y llamó a Legends Art Group, la intención era que en base a pequeñas participaciones de dinero se consiguiera vender, prometiendo a Teri la cifra de 25.000.000$. En aquel momento también se comenzó a pensar que la obra podía ser un plagio, pero Pollock trabajaba sólo y en estado ebrio, mientras estaba en tratamiento psicológico. Por lo que se contacta con uno de los mayores falsificadores de arte, John Myatt, quien indica que él no sería capaz de plagiar a Pollock, por la dificultad y por el estilo tan particular que tenía. 

El documental finaliza indicando que Peter Paul Brio encontró una huella digital idéntica en un cuadro con autoría certificada de Pollock en la Tate Modern (Londres) y entonces un coleccionista saudita ofreció 9.000.000$ a Teri por la obra, pero no aceptó, por dignidad. El cuadro sigue estando a la venta y cuando le preguntan a Teri "¿Qué ves cuándo miras la pintura?", indica "Veo el signo de dólares. Sólo eso".

En definitiva, "Who the #$&% is Jackson Pollock?" se burla de la originalidad y del establishment artístico y muestra crudamente el escepticismo de galeristas y críticos ante la osadía de la anciana. Una anciana que muestra el otro lado de ese mundo lleno de dinero.

Post relacionado: "Pollock" en la sección #Arteenelcine

9 dic 2012

Enrique Muda

SPLIT 

Estoy interesado en lo extraordinario que surge de lo cotidiano. La realidad es rica, compleja e impredecible. El día a día está repleto de momentos que parecen simbólicos, mágicos o metafóricos. Momentos donde se produce un Split: división, abertura, escisión o rajadura. Las cualidades de la cámara fotográfica: 250 veces más rápida que un segundo nos permite poder fijarlos.










Texto: Enrique Muda
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Sección: 26 Domingos de Fotografía SCAN

7 dic 2012

Gran retrospectiva de Giacometti en la @FundacionPROA

“Una exposición de Giacometti es un pueblo. 
Esculpe unos hombres que se cruzan por una plaza sin verse; 
están solos sin remedio y, no obstante, están juntos”.
Jean Paul Sartre
 

Hasta el 9 de enero de 2013 se puede disfrutar en la Fundación PROA (Buenos Aires) de la gran retrospectiva de "Alberto Giacometti: Colección de la Fundación Alberto y Annette Giacometti, París".


La comisaria de la muestra Véronique Wiesinger ha conseguido reunir 148 obras realizadas entre las décadas de 1910 y 1960, en su mayoría procedentes de la Colección de la Fundación del artista en París, así como un conjunto de piezas de colecciones privadas de Argentina y Brasil.

Alberto Giacometti (1901-1966), considerado uno de los artistas más destacados del siglo XX realizó los iconos más fuertes y emblemáticos de ese siglo. Nace en Suiza pero con apenas 21 años se traslada a París, ciudad que por entonces albergaba a los artistas que vivían la efervescencia cultural de las primeras vanguardias.

"Alberto Giacometti: Colección de la Fundación Alberto y Annette Giacometti, París" aborda los principales temas de su reflexión creativa: la formación con Cézanne, la influencia del cubismo, el descubrimiento del arte africano en los años 20, la marca perdurable del pensamiento mágico y del surrealismo, la invención de una nueva representación del ser humano. También se alude a la constante búsqueda intelectual de Giacometti que le permitió acercarse a los grandes pensadores de su época: André Breton, Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Jean Genet, etc. muchos de ellos retratados en sus cuadros y esculturas.

La muestra se inicia con la presentación de sus primeras pinturas, dibujos y esculturas, disciplinas que practica a lo largo de toda su vida, y culmina con sus obras monumentales de los años 60. Con cualquiera de las disciplinas, hablar de Giacometti es hablar de la irrupción del vacío, del silencio, de la subjetividad, y de la peculiar y singular manera de representar la figura humana.

La exposición comienza en la sala 1 con "Los comienzos. El descubrimiento del arte primitivo" donde se presentan las obras de juventud y las primeras esculturas de sus comienzos parisinos (1922-1928). Además de su primera pintura al óleo, realizada a los 14 años, y su primer busto esculpido, la pequeña Tête de Diego sur socle (Cabeza de Diego con base) de 1914. 

En 1922, Giacometti se muda a París para estudiar en la Academia de la Grande-Chaumière, donde aprende de Antoine Bourdelle, influencia que se verá reflejada en sus dibujos de desnudos. También realiza sus primeras esculturas cubistas, que revelan la influencia de Jacques Lipchitz y Fernand Léger.

Giacometti se interesa por el arte africano tardíamente, en 1926, cuando ya no era una novedad para los artistas modernos de la generación precedente, como Picasso y Derain. De hecho, se había vulgarizado hasta devenir decorativo. Las dos obras de Giacometti que llamaron la atención del público por primera vez Femme-cuillère (La mujer-cuchara) y Le Couple (La pareja)– fueron expuestas en 1927 en el Salón de las Tullerías, París, y dan testimonio de la conmoción que produjo en el joven artista el descubrimiento del arte africano.


Le Couple (Pareja), 1927 
Colección de la Fundación Giacometti, Paris, inv. 1994‐0185 
© Succession Giacometti / SAVA, 2012

Durante 1929, Giacometti frecuenta a Carl Einstein, autor de "La escultura negra" (1925), libro de referencia sobre arte africano, y a Michel Leiris, quien se convertiría en un especialista en arte del pueblo dogón. El arte no-occidental tuvo una influencia perdurable en la producción de Giacometti, pues le permitió alejarse de la representación naturalista y académica para acercarse a un visión totémica y a veces alucinada de la figura humana, cargada de una potencia mágica. 

La siguiente sala lleva por título "¿Qué es una cabeza?" y está dedicada a la representación de la cabeza humana, tema central en la producción escultórica de Giacometti durante toda su vida. Desde las cabezas totémicas, pasa en 1928 a realizar cabezas planas que le llevan en 1929 a establecer por primera vez un contrato con una galería, la de Pierre Loeb. A lo largo de toda su carrera Giacometti demuestra que es un tema inagotable, si en un primer momento tuvo a su padre como modelo, tras la muerte de éste, fue su hermano Diego, la amiga y artista inglesa Isabel y la modelo profesional Rita los que posaron para él. Tras la guerra, lo hará su esposa Annette y al final de su vida, su joven amiga Carolina.

En la sala se exhibe la Femme qui marche (Mujer que camina) de 1932, concebida como un maniquí sin brazos ni cabeza, para la importante exposición surrealista de 1933.


Femme qui marche I (Mujer que camina I), 1932
Colección de la Fundación Giacometti, Paris, inv. 1994‐0138
© Succession Giacometti / SAVA, 2012

A partir de 1930, Giacometti crea numerosos objetos utilitarios: lámparas, jarrones o apliques, que eran vendidos por el decorador de vanguardia Jean-Michel Frank. Por encargo especial, también concibe bajorrelieves en yeso o terracota. En esos objetos Giacometti traza un sistema de equivalencias entre la figura humana y la naturaleza: como el árbol, el ser humano está atrapado en un ciclo de crecimiento y muerte que no puede ser detenido.

La sala 3 se denomina Jaulas y marcos y presenta esculturas como la Boule suspendue (Bola suspendida) donde Giacometti recurrió por primera vez al procedimiento de la “jaula”, que le permite delimitar un espacio onírico de representación.


Boule suspendue (Bola suspendida), 1930-1931 (versión de 1965)
Colección de la Fundación Giacometti, Paris, inv. 1994‐0250
© Succession Giacometti / SAVA, 2012

Después de regresar de Suiza, en septiembre de 1945, y hasta 1965 se dedica a investigar el espacio de la representación: las figuras tienen bases que las separan del suelo o se circunscriben a esas “jaulas” que delimitan un espacio virtual, como en la obra Le Nez (La nariz), donde la punta perfora ese espacio y se asoma al nuestro.


Le Nez (La Nariz), 1947 (versión de 1949) 
Colección de la Fundación Giacometti, Paris, inv. 1994‐0017 
© Succession Giacometti / SAVA, 2012 

En 1950, Giacometti realiza una serie de esculturas que traducen la imagen de un claro, donde los arboles serían mujeres y las piedras serían cabezas de hombre, una imagen que el artista más tarde ampliará hasta su máxima expresión, en tamaño real. Quatre femmes sur socle (Cuatro figuras sobre base) y Quatre figurines sur piédestal (Cuatro figurines sobre pedestal) son dos propuestas de cuatro mujeres de pie, vistas a distancias y en circunstancias diferentes. Con Trois hommes qui marchent (Tres hombres que caminan), Giacometti intenta atrapar en una escultura la visión fugitiva de figuras en movimiento, colocadas sobre una escena.


En esta sala además se alude al intercambio que Giacometti estableció con Jean-Paul Sartre. Se conocieron en 1941, y Sartre fue el autor de dos ensayos fundamentales sobre el arte de Giacometti publicados en 1948 y 1954. En 1948, el Estado francés quiso honrar a los intelectuales y artistas franceses, y le encargó a Giacometti una medalla dedicada a Jean-Paul Sartre; aunque nunca llegó a acuñarse, quedaron los diseños.

Poco antes de su regreso a París, en septiembre de 1945, Giacometti concibió una escultura que sería el prototipo de sus figuras paradas de la posguerra: Femme au chariot (Mujer con carro), que representa de nuevo la imagen, de memoria, de su amiga inglesa Isabel. De pie y de frente, con los brazos a los costados del cuerpo y la cara inexpresiva, esta escultura es emblemática de la búsqueda de Giacometti en torno a la figura femenina de pie.

La última sala, Figuras y bustos, refleja de nuevo la búsqueda que se inició con Femme au chariot. De 1945 a 1965 Giacometti se dedica a esculpir la figura femenina de pie, lo más neutra posible, para mostrar todas sus posibilidades expresivas y variedades infinitas. Sus figuras femeninas son siluetas alusivas, reducidas a veces a un solo rasgo, y siempre abordadas en etapas sucesivas que se traducen en series de obras. Liberadas de la jaula, ellas definen su propio espacio y se apropian de su entorno.

Bustos desprovistos de toda emoción o expresión, como receptáculos de lo que aporta el espectador. Para el artista, se trata de captar y transmitir la vida que palpita en el cuerpo del modelo, y no su psicología. Sus modelos favoritos son la gente que tiene cerca como Annette, su esposa desde 1949, o Diego, su hermano y asistente desde 1931. Giacometti trabaja de memoria y hace surgir su imagen en el seno de un espacio imaginario. Cuando trabaja con modelo vivo, rechaza la perspectiva clásica para restituir el modelo tal como lo ve, en su faceta deformada o parcelada, siempre cambiante. Sus rasgos distintivos se diluyen y a veces se funden, o se reducen a lo esencial.

Desde 1951 hasta su muerte, Giacometti realizó una serie de “cabezas negras”, que junto con algunas cabezas esculpidas anónimas, dan cuerpo al concepto de hombre “genérico”, que Sartre resumirá en 1964 en su novela Las palabras con la siguiente fórmula: “Todo un hombre, hecho de todos los hombres y que vale lo que todos y lo que cualquiera de ellos”. Se trata de una contribución capital que hace Giacometti a la historia del retrato del siglo XX.

El Homme qui marche (Hombre que camina), su obra capital, simboliza, por sí solo, la propia naturaleza de este siglo; la soledad que habita este milenio agonizante, pero expresa también, en ese espacio que roza la nada, la habilidad de un hombre frente a sí mismo, en marcha hacia un nuevo destino, de pie, ante la esperanza.

L’homme qui marche I (Hombre que camina I), 1960. 
Colección de la Fundación Giacometti, Paris, inv. 1994‐0186 
© Succession Giacometti / SAVA, 2012