La sesión del día 9/11/2009 fue impartida por Ana Longoni y Jaime Vindel en torno a dos exposiciones poco conocidas fuera de Argentina y que pusieron en tensión el concepto de 'exposición'.
La primera de ellas, Experiencias'68 se realizó en el conocido Instituto Di Tella (Buenos Aires) del 21 al 23 de mayo de 1968.
Pongámonos en situación: Buenos Aires, 1968. A finales de los cincuenta se produjo la consolidación de las vanguardias en Argentina dando como resultado una generación de artistas que huían de los soportes tradicionales y se adentraban en el campo de la acción y del conceptualismo. Su fin era denunciar una realidad política bajo el lema "El arte pasa a la acción".
Esta nueva energía joven y de denuncia verá su expresión más clara en el Centro de Artes Visuales del Di Tella, bajo la dirección de Jorge Romero Brest. Un centro que jugo un destacado papel como impulsor y dinamizador de las nuevas tendencias, convirtiéndose en un aglutinador de ideas e iniciativas artísticas, y donde se expusieron las obras de los artistas candidatos al Premio Nacional que se otorgaba cada año y que desde 1967 adoptó el nombre de 'Experiencias Visuales'. El Di Tella acogió propuestas cada vez más de denuncia y comprometidas, llegando a provocar una gran tensión en la edición de 1968 que acabó con su cierre definitivo.
Como escribió el propio Jorge Romero "Con Experiencias 68 y continuando en cierta manera Experiencias Visuales 1967, un grupo de jóvenes artistas intenta plantear el problema de la creación en términos casi extremos. Quien más quien menos, según el temperamento, presenta una situación vital que no se aleja de las que tradicionalmente presentaban las obras de arte sino por la falta de representación de imagen. Como si quisiéramos acercar el arte a la vida -el más grande deseo de los artistas en cualquier época- superando el intermediario de la forma-símbolo. La palabra 'experiencia' origina interpretaciones diferentes y su uso puede ser hasta redundante, ya que toda obra de arte implica una experiencia del creador, destinada a provocar otra en el contemplador. Así mismo, aquí se emplea con una intención definida, para marcar que no son 'obras de arte' estáticas- acabadas y definidas- sino proyectos de creación dinámica para el contemplador. Se trata de otra actitud, que va más allá de la simple contemplación de imágenes pintadas o esculpidas: se trata de alertar al contemplador sobre aquello que tiene delante de los ojos y quizás no se da cuenta, con tal de que intensifique su contemplación hasta llegar a vivir el mismo la mayor intensidad, tomando conciencia de su posición en el mundo".
Los artistas que presentaron obras fuera/contra la institución fueron Pablo Suárez y Eduardo Ruano. El primero decía 'Lo que haya que decir se ha de decir fuera, no dentro de las cuatro paredes del museo que ya lo confirman como ARTE', este mensaje lo repartió a la gente que iba y se situó justo en el límite entre la calle y el instituto, una renuncia que es a la vez la obra. El segundo instaló un panel de Kennedy que sufrió una pedrada colectiva, el arte fue la acción de la pedrada.
Dentro del Di Tella lo hicieron destacados artistas como Oscar Bony con su criticada obra: Familia Obrera, contrató a una familia durante 15 días para que estuviera 8 horas diarias en el museo, ellos aceptaban ser expuestos a cambio de cobrar el doble de lo que cobrarían trabajando fuera, con ello, Oscar mostró el sometimiento de una familia, el sometimiento del arte, el sometimiento de las normativas políticas, etc.
También estuvo presente Juan Stoppani, cuya obra consistía en una modelo con un turbante de 300 metros de color azul cobalto que recorría las tres salas del Di Tella, marcaba el camino desde la entrada hasta la obra, curiosamente la modelo se desplazaba, se sentaba, etc. Otra de las obras más comentadas fue la de Roberto Plate: Baños, era un simulacro de baño público con un interior vacío que se empezó a cubrir de graffitis amorosos, eróticos y políticos y que acabó siendo censurado.
La tensión en el ambiente era evidente, y Romero Brest acabó siendo secuestrado en Rosario por el encendido tono político que había acabado adquiriendo 'Experiencias'. No olvidemos que uno de los lemas fue 'La muerte del Che es más arte que cualquier obra de un museo'.
A finales de mayo de 1968 el Grupo de Artistas de Vanguardia comienza en Rosario el Ciclo de Arte Experimental, un ciclo de exposiciones que inicialmente contó con el apoyo económico del Instituto Di Tella. La última exposición del ciclo, el 'cierre' de Graciela Carnevale, tiene continuidad en una serie de acciones colectivas que ya no buscan el amparo de la institución. Este 'cierre' de Graciela se basó en el arte como desplazamiento de la gente en la calle a un lugar de diálogo, es decir, la gente iba a un espacio pensando que allí había una exposición, pero al llegar se encontraban con un cartel que informaba del cambio de ubicación y del traslado a una librería donde estaba esperando la artista, que los encerró en la librería durante hora y media. Graciela se posicionó como el sistema que tiene el poder. Esta acción terminó con la ruptura del cristal desde fuera, y la llegada de la policía que clausuró el espacio de la exposición.
¿Cómo es el paso del 'Ciclo de Arte Experimental' a 'Tucuman Arde'?
El Ciclo de Arte Experimental es algo que se genera, que se gesta a finales de 1967. Paralelamente, en abril, ya se estaba cuestionando el público, el lugar, la galería, todo este tipo de cosas. En el Ciclo de Arte Experimental el hito era llegar a Buenos Aires, tener el aval de Romero Brest, etc. Consiguieron el aval del Di Tella para el ciclo, pero al cabo de pocos meses, a mediados de 1968, se rompe eso y se devuelve el dinero a Romero Brest. Hubo una discusión en el grupo sobre si era necesario devolverlos o utilizarlos y romper igualmente. Pero ya se creó otro tipo de compromiso, otro tipo de conciencia.
La segunda exposición que se explicó fue Tucumán arde, en realidad, fue la Primera Bienal de Arte de Vanguardia y tuvo lugar en la ciudad de Rosario del 3 al 17 de noviembre de 1968.
En agosto de 1968 un grupo de artistas de vanguardia organiza el I Encuentro Nacional de Arte de Vanguardia, donde se establecieron unas bases de actuación comunes y se llegó al acuerdo de presentar una obra colectiva fuera de los circuitos artísticos habituales. Su primera edición fue 'Tucumán Arde', y tenía como objetivo denunciar la crisis tucumana a través del análisis del 'Operativo Tucumán' impulsado por la dictadura argentina en 1966, que se anunciaba como una serie de medidas de promoción industrial y diversificación agraria.
El proyecto colectivo Tucumán arde es uno de los ejemplos más destacados de arte político y de investigación en América Latina. A comienzos de 1968, un grupo de artistas, periodistas y sociólogos de Buenos Aires y Rosario llevaron a cabo diversas acciones que, a través del arte, querían denunciar la distancia que hay entre realidad y política. El trabajo de Tucumán Arde estaba destinado a concienciar sobre la situación a un público más amplio que el de los circuitos artísticos. El grupo utilizó los recursos propios del arte del momento buscando la participación del público. Tucumán hizo servir los medios de comunicación para camuflarse y, de este modo, evitar la censura que se aplicaba al arte revolucionario. Construyó una situación apropiada para demostrar que, a través de estrategias de sobreinformación, los medios de comunicación podían imponer otra realidad, lo cual denunciaba el poder manipulador de la prensa. Tucumán Arde se proponía a sí misma como un modelo programático de un arte nuevo donde el artista tenía que asumir el papel activo y protagonista en la lucha social. Se trataba de un proyecto concebido para desarrollarse en tres etapas:
I. La primera fase consistía en la investigación y la grabación de testimonios, material que seria la base de la exposición. Los artistas hicieron un primer viaje a la región de Tucumán para recoger información sobre los conflictos socioeconómicos de la zona, donde se estaban cerrando las azucareras que daban trabajo a buena parte de la población, con el consiguiente empobrecimiento de la región, la apariencia de pueblos fantasma, la pobreza y la desnutrición. Durante un segundo viaje se hicieron fotografías y se documentaron testimonios para dar apoyo a las acusaciones formuladas. Después se convocó una rueda de prensa en el Museo de Bellas Artes con el fin de exponer la situación a la prensa, al mismo tiempo que la policía local prohibía a la población de la zona el contacto con los artistas al conocerse las verdaderas intenciones de denuncia. Mientras tanto, en las ciudades de Rosario y Santa Fe se inició una misteriosa campaña. Primero, aparecieron unos carteles con la palabra 'Tucumán' y después pintadas en las paredes donde se podía leer 'Tucumán Arte'. Esta primera fase se cerró con la distribución de enigmáticos carteles que anunciaban la 'Primera Bienal de Arte de Vanguardia', certamen que en principio, no presentaba ninguna conexión con el proyecto 'Tucumán'.
II.La segunda etapa del proyecto consistía en la exposición de la información recogida en Tucumán. Durante los primeros días de noviembre de 1968, la sede de la Confederación General de Trabajo (CGT) de Rosario se convirtió en un espacio sorprendente: el suelo de la entrada estaba cubierto con los nombres de los propietarios de las azucareras y sus relaciones con el poder político local. Los visitantes tenían que pisar esos nombres para entrar. En las paredes estaban los informes y reportajes que reflejaban la situación en Tucumán, lo cual dejaba patente la relación entre los intereses políticos y la crisis. Películas, audiovisuales y fotografías formaban parte del material utilizado. La iluminación de las salas se apagaba cada dos minutos, como símbolo del tiempo medio en que se producían muertes de niños en Tucumán. El café amargo que se servía a los visitantes recordaba la falta de azúcar, en relación con el cierre de las azucareras. En un documento de prensa de Tucumán se podía leer 'El objetivo de Tucumán Arde es exponer, haciendo servir los medios de comunicación, las contradicciones del gobierno argentino y de la clase propietaria en relación al cierre de las azucareras de Tucumán y las graves consecuencias que son de conocimiento general'. El público se podía llevar a casa los informes y documentos que denunciaban la situación tucumana.
El 25 de noviembre algunos artistas organizaron la misma exposición de Rosario en Buenos Aires. En la entrada colocaron una gran banderola con la inscripción 'Visite Tucumán, jardín de la miseria' aludiendo al eslogan publicitario de la región 'Tucumán, jardín de la República'. La música optimista del popular cantante de la región, Palito Ortega, ponía el contrapunto irónico de la exposición. Al cabo de pocas horas se produjo el cierre inmediato de la exposición. Las muestras que había previstas para Santa Fe y Córdoba no se llegaron a realizar.
III. La tercera fase del proyecto se había pensado como cierre del circuito informativo, una síntesis y evaluación de todas las actividades. Pero, teniendo en cuenta la situación adversa del país, fue necesario cancelar las actividades.
Gran parte del material disperso se aglutinó en la revista [SOBRE], cuyo formato era un gran sobre que contenía notas del cine, del teatro de guerrilla, imagen del Che con el texto 'Un guerrillero no muere para que se lo cuelgue en la pared', etc. Además contenía una nota que advertía 'Si en una semana usted tiene el material intacto, no vuelva a comprarla, no es un buen guerrillero'.
Esta idea de revolución como obra de arte es muy propia de los años setenta.
Posteriormente en los últimos años se ha realizado un intento de recuperación de documentación de estas exposiciones, mediante la publicación de libros y la realización de exposiciones. Muchas de las obras se tuvieron que reconstruir dado que las piezas originales habían sido destruidas, y curiosamente, los mismos artistas se encargaron de su reconstrucción, incumpliendo la promesa de no volver a exponer en el circuito del arte.
Información adicional: Sobre "Experiencias 68" y "Tucuman Arde"
La primera de ellas, Experiencias'68 se realizó en el conocido Instituto Di Tella (Buenos Aires) del 21 al 23 de mayo de 1968.
Pongámonos en situación: Buenos Aires, 1968. A finales de los cincuenta se produjo la consolidación de las vanguardias en Argentina dando como resultado una generación de artistas que huían de los soportes tradicionales y se adentraban en el campo de la acción y del conceptualismo. Su fin era denunciar una realidad política bajo el lema "El arte pasa a la acción".
Esta nueva energía joven y de denuncia verá su expresión más clara en el Centro de Artes Visuales del Di Tella, bajo la dirección de Jorge Romero Brest. Un centro que jugo un destacado papel como impulsor y dinamizador de las nuevas tendencias, convirtiéndose en un aglutinador de ideas e iniciativas artísticas, y donde se expusieron las obras de los artistas candidatos al Premio Nacional que se otorgaba cada año y que desde 1967 adoptó el nombre de 'Experiencias Visuales'. El Di Tella acogió propuestas cada vez más de denuncia y comprometidas, llegando a provocar una gran tensión en la edición de 1968 que acabó con su cierre definitivo.
Como escribió el propio Jorge Romero "Con Experiencias 68 y continuando en cierta manera Experiencias Visuales 1967, un grupo de jóvenes artistas intenta plantear el problema de la creación en términos casi extremos. Quien más quien menos, según el temperamento, presenta una situación vital que no se aleja de las que tradicionalmente presentaban las obras de arte sino por la falta de representación de imagen. Como si quisiéramos acercar el arte a la vida -el más grande deseo de los artistas en cualquier época- superando el intermediario de la forma-símbolo. La palabra 'experiencia' origina interpretaciones diferentes y su uso puede ser hasta redundante, ya que toda obra de arte implica una experiencia del creador, destinada a provocar otra en el contemplador. Así mismo, aquí se emplea con una intención definida, para marcar que no son 'obras de arte' estáticas- acabadas y definidas- sino proyectos de creación dinámica para el contemplador. Se trata de otra actitud, que va más allá de la simple contemplación de imágenes pintadas o esculpidas: se trata de alertar al contemplador sobre aquello que tiene delante de los ojos y quizás no se da cuenta, con tal de que intensifique su contemplación hasta llegar a vivir el mismo la mayor intensidad, tomando conciencia de su posición en el mundo".
Los artistas que presentaron obras fuera/contra la institución fueron Pablo Suárez y Eduardo Ruano. El primero decía 'Lo que haya que decir se ha de decir fuera, no dentro de las cuatro paredes del museo que ya lo confirman como ARTE', este mensaje lo repartió a la gente que iba y se situó justo en el límite entre la calle y el instituto, una renuncia que es a la vez la obra. El segundo instaló un panel de Kennedy que sufrió una pedrada colectiva, el arte fue la acción de la pedrada.
Dentro del Di Tella lo hicieron destacados artistas como Oscar Bony con su criticada obra: Familia Obrera, contrató a una familia durante 15 días para que estuviera 8 horas diarias en el museo, ellos aceptaban ser expuestos a cambio de cobrar el doble de lo que cobrarían trabajando fuera, con ello, Oscar mostró el sometimiento de una familia, el sometimiento del arte, el sometimiento de las normativas políticas, etc.
También estuvo presente Juan Stoppani, cuya obra consistía en una modelo con un turbante de 300 metros de color azul cobalto que recorría las tres salas del Di Tella, marcaba el camino desde la entrada hasta la obra, curiosamente la modelo se desplazaba, se sentaba, etc. Otra de las obras más comentadas fue la de Roberto Plate: Baños, era un simulacro de baño público con un interior vacío que se empezó a cubrir de graffitis amorosos, eróticos y políticos y que acabó siendo censurado.
La tensión en el ambiente era evidente, y Romero Brest acabó siendo secuestrado en Rosario por el encendido tono político que había acabado adquiriendo 'Experiencias'. No olvidemos que uno de los lemas fue 'La muerte del Che es más arte que cualquier obra de un museo'.
A finales de mayo de 1968 el Grupo de Artistas de Vanguardia comienza en Rosario el Ciclo de Arte Experimental, un ciclo de exposiciones que inicialmente contó con el apoyo económico del Instituto Di Tella. La última exposición del ciclo, el 'cierre' de Graciela Carnevale, tiene continuidad en una serie de acciones colectivas que ya no buscan el amparo de la institución. Este 'cierre' de Graciela se basó en el arte como desplazamiento de la gente en la calle a un lugar de diálogo, es decir, la gente iba a un espacio pensando que allí había una exposición, pero al llegar se encontraban con un cartel que informaba del cambio de ubicación y del traslado a una librería donde estaba esperando la artista, que los encerró en la librería durante hora y media. Graciela se posicionó como el sistema que tiene el poder. Esta acción terminó con la ruptura del cristal desde fuera, y la llegada de la policía que clausuró el espacio de la exposición.
¿Cómo es el paso del 'Ciclo de Arte Experimental' a 'Tucuman Arde'?
El Ciclo de Arte Experimental es algo que se genera, que se gesta a finales de 1967. Paralelamente, en abril, ya se estaba cuestionando el público, el lugar, la galería, todo este tipo de cosas. En el Ciclo de Arte Experimental el hito era llegar a Buenos Aires, tener el aval de Romero Brest, etc. Consiguieron el aval del Di Tella para el ciclo, pero al cabo de pocos meses, a mediados de 1968, se rompe eso y se devuelve el dinero a Romero Brest. Hubo una discusión en el grupo sobre si era necesario devolverlos o utilizarlos y romper igualmente. Pero ya se creó otro tipo de compromiso, otro tipo de conciencia.
La segunda exposición que se explicó fue Tucumán arde, en realidad, fue la Primera Bienal de Arte de Vanguardia y tuvo lugar en la ciudad de Rosario del 3 al 17 de noviembre de 1968.
En agosto de 1968 un grupo de artistas de vanguardia organiza el I Encuentro Nacional de Arte de Vanguardia, donde se establecieron unas bases de actuación comunes y se llegó al acuerdo de presentar una obra colectiva fuera de los circuitos artísticos habituales. Su primera edición fue 'Tucumán Arde', y tenía como objetivo denunciar la crisis tucumana a través del análisis del 'Operativo Tucumán' impulsado por la dictadura argentina en 1966, que se anunciaba como una serie de medidas de promoción industrial y diversificación agraria.
El proyecto colectivo Tucumán arde es uno de los ejemplos más destacados de arte político y de investigación en América Latina. A comienzos de 1968, un grupo de artistas, periodistas y sociólogos de Buenos Aires y Rosario llevaron a cabo diversas acciones que, a través del arte, querían denunciar la distancia que hay entre realidad y política. El trabajo de Tucumán Arde estaba destinado a concienciar sobre la situación a un público más amplio que el de los circuitos artísticos. El grupo utilizó los recursos propios del arte del momento buscando la participación del público. Tucumán hizo servir los medios de comunicación para camuflarse y, de este modo, evitar la censura que se aplicaba al arte revolucionario. Construyó una situación apropiada para demostrar que, a través de estrategias de sobreinformación, los medios de comunicación podían imponer otra realidad, lo cual denunciaba el poder manipulador de la prensa. Tucumán Arde se proponía a sí misma como un modelo programático de un arte nuevo donde el artista tenía que asumir el papel activo y protagonista en la lucha social. Se trataba de un proyecto concebido para desarrollarse en tres etapas:
I. La primera fase consistía en la investigación y la grabación de testimonios, material que seria la base de la exposición. Los artistas hicieron un primer viaje a la región de Tucumán para recoger información sobre los conflictos socioeconómicos de la zona, donde se estaban cerrando las azucareras que daban trabajo a buena parte de la población, con el consiguiente empobrecimiento de la región, la apariencia de pueblos fantasma, la pobreza y la desnutrición. Durante un segundo viaje se hicieron fotografías y se documentaron testimonios para dar apoyo a las acusaciones formuladas. Después se convocó una rueda de prensa en el Museo de Bellas Artes con el fin de exponer la situación a la prensa, al mismo tiempo que la policía local prohibía a la población de la zona el contacto con los artistas al conocerse las verdaderas intenciones de denuncia. Mientras tanto, en las ciudades de Rosario y Santa Fe se inició una misteriosa campaña. Primero, aparecieron unos carteles con la palabra 'Tucumán' y después pintadas en las paredes donde se podía leer 'Tucumán Arte'. Esta primera fase se cerró con la distribución de enigmáticos carteles que anunciaban la 'Primera Bienal de Arte de Vanguardia', certamen que en principio, no presentaba ninguna conexión con el proyecto 'Tucumán'.
II.La segunda etapa del proyecto consistía en la exposición de la información recogida en Tucumán. Durante los primeros días de noviembre de 1968, la sede de la Confederación General de Trabajo (CGT) de Rosario se convirtió en un espacio sorprendente: el suelo de la entrada estaba cubierto con los nombres de los propietarios de las azucareras y sus relaciones con el poder político local. Los visitantes tenían que pisar esos nombres para entrar. En las paredes estaban los informes y reportajes que reflejaban la situación en Tucumán, lo cual dejaba patente la relación entre los intereses políticos y la crisis. Películas, audiovisuales y fotografías formaban parte del material utilizado. La iluminación de las salas se apagaba cada dos minutos, como símbolo del tiempo medio en que se producían muertes de niños en Tucumán. El café amargo que se servía a los visitantes recordaba la falta de azúcar, en relación con el cierre de las azucareras. En un documento de prensa de Tucumán se podía leer 'El objetivo de Tucumán Arde es exponer, haciendo servir los medios de comunicación, las contradicciones del gobierno argentino y de la clase propietaria en relación al cierre de las azucareras de Tucumán y las graves consecuencias que son de conocimiento general'. El público se podía llevar a casa los informes y documentos que denunciaban la situación tucumana.
El 25 de noviembre algunos artistas organizaron la misma exposición de Rosario en Buenos Aires. En la entrada colocaron una gran banderola con la inscripción 'Visite Tucumán, jardín de la miseria' aludiendo al eslogan publicitario de la región 'Tucumán, jardín de la República'. La música optimista del popular cantante de la región, Palito Ortega, ponía el contrapunto irónico de la exposición. Al cabo de pocas horas se produjo el cierre inmediato de la exposición. Las muestras que había previstas para Santa Fe y Córdoba no se llegaron a realizar.
III. La tercera fase del proyecto se había pensado como cierre del circuito informativo, una síntesis y evaluación de todas las actividades. Pero, teniendo en cuenta la situación adversa del país, fue necesario cancelar las actividades.
Gran parte del material disperso se aglutinó en la revista [SOBRE], cuyo formato era un gran sobre que contenía notas del cine, del teatro de guerrilla, imagen del Che con el texto 'Un guerrillero no muere para que se lo cuelgue en la pared', etc. Además contenía una nota que advertía 'Si en una semana usted tiene el material intacto, no vuelva a comprarla, no es un buen guerrillero'.
Esta idea de revolución como obra de arte es muy propia de los años setenta.
Posteriormente en los últimos años se ha realizado un intento de recuperación de documentación de estas exposiciones, mediante la publicación de libros y la realización de exposiciones. Muchas de las obras se tuvieron que reconstruir dado que las piezas originales habían sido destruidas, y curiosamente, los mismos artistas se encargaron de su reconstrucción, incumpliendo la promesa de no volver a exponer en el circuito del arte.
Información adicional: Sobre "Experiencias 68" y "Tucuman Arde"
4 comentarios :
Muy Bueno Pilar!! Felicitaciones!
Muy interesante y el momento historico muy complejo sin duda prólogo de una serie de periódos de dictadura por casi toda latinoamérica.
Sí, y además de la inmensa valentía de sus gestores por lo peligroso de
estas actividades en momentos en que los golpes de estado se suscedían sin
control y todo testimonio "ardía",
como ocurrió durante la santa inquisición.
Gracias >Pilar en nombre de todas las
víctimas, de cualquier edad, que hemos pasado allí,sobretodo; muy in-
teresante y completo el post.
Un abrazo.-
@ Mario. El post te lo dedico por ser de Tucuman! :D
@ marvilla. La verdad es que son dos 'exposiciones' donde el concepto artístico quedaba supeditado al concepto 'libertad de expresión'. A mí me parecieron unas propuestas sorprendentes la verdad.
@ Hector. Exacto, la valentía de esas personas es digna de admiración! Nada que agradecerme Hector!
Saludos, Pilar.
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