El fin que persigue un
taxidermista es dar apariencia de vida al cadáver de un animal. Para
conseguirlo ha de borrar todo rastro de muerte; ocultar al ojo del
espectador aquello que pueda resultar desagradable o que desmonte la
ilusión de estar contemplando a un ejemplar que, como por arte de
magia, ha sido congelado en pleno movimiento. He decidido que el
espectador tenga acceso a las imágenes a través de un agujero que
dirige su mirada, una especie de mirilla que oculta deliberadamente
el resto de la escena para centrar nuestra atención en ciertos
detalles que tratan de deshacer los pasos que ha seguido el
taxidermista. Esta especie de taxidermia a la inversa pretende
indagar acerca de la fina línea que separa a la materia animada del
material sin vida. Con la misma atención por el detalle con la que
trabaja el artesano, desandamos el camino para reflexionar acerca de
la contradicción que supone el intento de insuflar vida a algo
muerto.
Un intento que parece revelar ciertas verdades sobre nuestra condición.
Un intento que parece revelar ciertas verdades sobre nuestra condición.
Texto: Cynthia Nudel
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Sección: 26 Domingos de Fotografía SCAN
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