14 may 2008

El titán del arte estadounidense

Robert Rauschenberg falleció el lunes a sus 82 años. El arte se ha quedado sin uno de los pintores y artistas más importantes de los Estados Unidos. Un artista capaz de eliminar las fronteras entre la escultura y la pintura, entre la instalación y el objeto. Logró crear OBRAS. Y entre sus obras más destacadas se encuentran las ‘Combine Paintings’, collages donde objetos comunes como ruedas de coche, águilas, peluches, cabras disecadas, señales de tráfico o bicicletas adquirían categorías artísticas.

Rauschenberg destaco por su constante búsqueda de materiales, y de significaciones, toda su vida, incluso pasados los 80 años, y no sólo en el campo de las artes plásticas, también se adentró en el mundo de la coreografía y de la composición. Su vida era una constante búsqueda de cosas sorprendentes, huyendo de lo común y convirtiendo objetos en obras. Él mismo decía "No soy un artista con idea, odio las ideas. Y cuando a pesar de ello tengo alguna, entonces me voy a pasear para olvidarla".

Ya en los años 50 se convirtió en el símbolo de la transición entre el expresionismo abstracto estadounidense y el pop art. Cabe recordar su famoso ‘Erased De Kooning’ donde borró un dibujo de su colega Willem de Kooning, ante el asombro de éste.

En realidad, Rauschenberg saltó a la fama en los años 50, pero no acaparó demasiada atención si lo comparamos con Andy Warhol y sus famosas ‘Sopas Campbell’s’ o con Roy Lichtenstein y sus cómics. El porqué de este tercer puesto, no está muy claro, podría deberse a la demanda de la sociedad en aquel entonces de novedades en el ámbito artístico, o quizás no sólo de novedades, sino de crueles rupturas como la que supuso Warhol. Mientras tanto Rauschenberg se dedicaba a hacer combinaciones un tanto incongruentes de pintura y objetos tridimensionales, extraños a la par que cotidianos.

Una de sus obras más famosas, ‘Bed’ la creó tras despertarse con ánimos de pintar pero sin dinero para comprar un lienzo, la solución: quitarle a su cama el edredón y usar pintura, pasta de dientes y pintura de uñas.

A mi me caía bien. Era un artista capaz de preguntarse y plasmar tantas cosas. Un artista curioso por naturaleza, al que le apasionaba descubrir cosas nuevas todos los días. Terminó con la descripción que realizó el ‘New York Times’ hace un tiempo, ‘el titán del arte estadounidense’.


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