El arte es impulso y también reflejo. El artista barcelonés Jaume Pitarch se ha inspirado en la matrioshka, la muñeca tradicional rusa, para reflejar la estela funesta que dejó la explosión de un reactor en la central nuclear de Chernóbil (Ucrania), en 1986. Así nació Chernóbil, una figura que denuncia los efectos de la radiactividad y que forma parte de la bienal itinerante Manifesta, que actualmente celebra su séptima edición en el noroeste de Italia. La obra participa en la exhibición The rest of now y se muestra en una antigua fábrica de aluminio abandonada en Bolzano (Italia), hasta el 2 de noviembre.
Noticia publicada en El País.
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