Van Gogh y los colores de la noche en el MoMA

Seis salas con 23 pinturas, 9 dibujos y varias cartas conforman la nueva exposición del MoMA, 'Van Gogh y los colores de la noche'. El objetivo de la exposición es dejar claro que Van Gogh fue más que los girasoles y la luz provenzal. Para ello se centra en una obsesión de Van Gogh: las noches.

Pero ¿cómo pintar la noche? ¿cómo retratar la ausencia de color? La crítica Carly Berwick ha escrito que "la oscuridad de Van Gogh no es ni silenciosa ni invisible sino que es multicolor: el azul se declina en todos sus tonos, hasta desembocar en el amarillo. Y es una oscuridad agitada, donde -en el cielo y en la tierra- suceden cosas".

Van Gogh combinaba la imaginación con la observación y la noche representaba un desafío técnico. Era un pintor de caballete y a finales del siglo XIX, las calles no disponían de iluminación eléctrica, y pintar al natural de noche no era fácil. Pero a pesar de ello Van Gogh legó a la humanidad auténticas joyas nocturnas instalándose en el exterior de cafés y aprovechando su iluminación.

En 1888, escribió que sentía "una necesidad enorme de, ¿debo decir la palabra?, religión, así que salgo al aire libre para pintar estrellas".

La exposición, que estará abierta hasta el 5 de enero próximo, se estructura en seis capítulos que siguen, aproximadamente, un orden biográfico.