Marzo se llenará de color con uno de esos artistas ocultos: Marvilla. Reconozco que me he puesto un gran reto. El reto de hablar de un artista ‘desconocido’ y de intentar ‘catalogar’ (manía de historiadora) su obra, pero quiero ir más allá de la pura catalogación. Mi objetivo será mostraros un nuevo artista con una impactante obra llena de color y de significación, vuestra tarea será fácil: dejaros llevar por sus obras, disfrutar y juzgar.
Si tuviera que buscar tres palabras para definir a Marvilla serían: autodidacta, color y azar.
Autodidacta. Este uruguayo residente en Barcelona siempre tuvo alguna relación con el arte. Desde los dibujos y témperas infantiles a sus estudios como restaurador de tapices en Montevideo, alternando esto con el mundo del teatro y el diseño de los vestuarios hasta llegar a la raíz. Un buen día la raíz brotó, una amiga le regaló un caballete y le dijo “lo que tienes que hacer es pintar” y desde ese momento tuvo claro que necesitaba pintar. Pintar para sí mismo, sin escuela, sin métodos de aprendizaje, en solitario, descubriendo la historia del arte con la ayuda de los libros. Lo bueno de ser autodidacta es que uno no esta ‘amanerado’ de técnicas ni de maestros, de escuelas ni de facultades, uno es ‘libre’ porque ha huido de los tópicos, es ‘libre’ porque no vive de ello, y es ‘libre’ porque paradójicamente la creación le alegra la vida.
Color. Óleo y acrílico. Collage y acuarela. PhotoShop y CorelDraw. Técnicas, métodos, programas de trabajo diferentes, pero en todos ellos destaca el COLOR. Insulso mercado el que sólo acepte el óleo, aquel que no se deje engañar por el acrílico, aquel aparcado en la historia del pasado sin aceptar las modernidades actuales. El color abarca todas las técnicas y no entiende de formatos o de reglas. Y Marvilla representa claramente la figura del artista capaz de evolucionar con el tiempo, capaz de trasladarse del pincel al ratón del ordenador realizando con ambas técnicas obras impresionantes.
Si tuviera que buscar tres palabras para definir a Marvilla serían: autodidacta, color y azar.
Autodidacta. Este uruguayo residente en Barcelona siempre tuvo alguna relación con el arte. Desde los dibujos y témperas infantiles a sus estudios como restaurador de tapices en Montevideo, alternando esto con el mundo del teatro y el diseño de los vestuarios hasta llegar a la raíz. Un buen día la raíz brotó, una amiga le regaló un caballete y le dijo “lo que tienes que hacer es pintar” y desde ese momento tuvo claro que necesitaba pintar. Pintar para sí mismo, sin escuela, sin métodos de aprendizaje, en solitario, descubriendo la historia del arte con la ayuda de los libros. Lo bueno de ser autodidacta es que uno no esta ‘amanerado’ de técnicas ni de maestros, de escuelas ni de facultades, uno es ‘libre’ porque ha huido de los tópicos, es ‘libre’ porque no vive de ello, y es ‘libre’ porque paradójicamente la creación le alegra la vida.
Color. Óleo y acrílico. Collage y acuarela. PhotoShop y CorelDraw. Técnicas, métodos, programas de trabajo diferentes, pero en todos ellos destaca el COLOR. Insulso mercado el que sólo acepte el óleo, aquel que no se deje engañar por el acrílico, aquel aparcado en la historia del pasado sin aceptar las modernidades actuales. El color abarca todas las técnicas y no entiende de formatos o de reglas. Y Marvilla representa claramente la figura del artista capaz de evolucionar con el tiempo, capaz de trasladarse del pincel al ratón del ordenador realizando con ambas técnicas obras impresionantes.
Azar. Marvilla cree en el azar, y en las circunstancias. En la simple idea de que las cosas pasan cuando tienen que pasar y que las oportunidades llegan a punto para atraparlas ‘en el momento’. Y hasta que éste no se presenta, sólo cabe tener paciencia, investigar por otros medios, etc. Es una filosofía de vida necesaria para crear. Necesaria porque si hoy no ‘funciona’ ese rostro, puede que hoy no sea el día de pintarlo. Puede que el destino tenga fijada su hora y mientras se puede ir trabajando en el fondo de la obra.
Pero Marvilla es más que color y azar. Es mucho más. La primera vez que pude ver su producción me vinieron a la cabeza varios artistas como Dalí o Frida Kahlo, hablando con él me citó a otro: Gauguin. Comparando a Marvilla con Dalí, veo semejanzas en cuanto a detallismo, también sus obras denotan una intrínseca fuerza teatral, y por último una plena dominación de color. Respecto a Frida, el paralelismo es más íntimo, más de concepto, de mensaje, de expresar bajo el color, de lanzar gritos insonoros llenos de matices. Y en relación a Gauguin, creo que Marvilla también persigue la persecución de pureza, del motivo revelador y de la alegoría.
Tras ver sus obras observé detalles constantes, motivos que sin duda repetía más allá del puro placer, se los cité y le pedí que me dijera lo primero que pensaba sobre dos conceptos: mujer y gato, a lo que respondió:
-Mujer: entrega, lucha, enigma.
-Gato: Para mí es un animal muy especial y sabio, aparte de hermoso como criatura. Me fascina su independencia. […] Sensual, lleno de personalidad, dulce y fiel en su indolencia. Me identifico mucho con ellos.
-Mujer: entrega, lucha, enigma.
-Gato: Para mí es un animal muy especial y sabio, aparte de hermoso como criatura. Me fascina su independencia. […] Sensual, lleno de personalidad, dulce y fiel en su indolencia. Me identifico mucho con ellos.
2 comentarios :
Me ha enamorado Marvilla! Desde sus bodegogones "abocetados" que me llegan mucho hasta su obra más digital.Acrílico más collage más photoshop...vamos un artista plural de los que a mí me gustan.
@Diego Beaumont. Pues si vieras lo que esta haciendo ahora, no tiene nada que ver, o sí, y es una evolución...jajaja, sólo adelantarte que está dando pasitos en el campo del volumen escultórico. Es imparable este artista, además de gran persona!
Saludos y bienvenido a este blog, Pilar.
Publicar un comentario